El gluten es una proteína que se encuentra en cereales como el trigo, el centeno, la cebada, el kamut y la espelta, Esta proteína ayuda a unir panes, pastas y bollería para crear productos más densos
En los últimos decenios más gente ha empezado a sentir que el consumo de alimentos hechos a base de gluten (en general, de trigo) están asociados a problemas gastrointestinales tales como náuseas, dolores de estómago, diarrea, y en algunos casos pérdida progresiva de peso. En ocasiones es debido a una enfermedad autoinmune, donde el cuerpo se ataca así mismo y es conocida como la celiaquía
De ahí que sea cada vez más común oír a personas decir que llevan una alimentación sin gluten y esto puede ser por distintos motivos desde por una intolerancia a la proteína, por celiaquía (alergia) o bien porque se ha demostrado que una dieta sin gluten nos hace sentir más ligeros, menos hinchados, con más energía y vitalidad, etc.
El gluten es un alimento que, junto con los procesados, los lácteos, los aditivos, grasas saturadas, etc. nos inflama y puede ser el origen de muchas molestias a nivel físico y emocional / mental.
Así es que, si estás en ese proceso de dejar el gluten o ya lo has dejado, pero aún así te gusta el pan, o te cuesta dejarlo, te traigo una receta de pan sin gluten, hecho a base de harina de sarraceno, avena y arroz.
Ingredientes
Harina de arroz: 110gr
Harina de avena (*): 90gr
Harina de trigo sarraceno: 60gr
Almidón (Arrowroot)(**): 45gr
Agua tibia: 290ml
Psyllium (***): 6gr
Levadura: 2gr
Azúcar de coco: 10gr
Sal: 5 – 8gr
(*) Puedes hacerla tú mismo en casa triturando copos de avena con un molinillo
(**) El arrowrrot es una raíz y se empela como espesante
(***) El psyllium es una fibra que proviene de una planta india. Mezclado con agua es un buen aglutinante (igual que las semillas de chía) y se puede utilizar en muchas recetas. También se utiliza para tratar el estreñimiento ya que al mezclarlo con agua y con el líquido de los intestinos aumenta su volumen formando heces más voluminosas, arrastrando las mismas y haciendo más fácil la evacuación
Preparación
1. Mezcla las harinas en un bol y tamízalas, es decir, pásalas a través de un chino o colador para evitar que queden grumos o pegotes. De esta forma el pan quedará esponjoso y ligero
2. Una vez tamizadas las harinas y las tengas en un bol añadir la levadura, el azúcar de coco, la sal, el almidón (arrowroot) y el psyllium y mezclarlo bien
3. Añadir agua tibia a la mezcla anterior. El agua no debe estar muy caliente porque, de ser así, la levadura se ‘moriría’ y no haría su efecto de subir el volumen del pan
4. Mezcla bien todos los ingredientes con una cuchara de madera. Al ser un pan sin gluten no es necesario amasar ya que no hay nada que aglutinar, con lo cual mezclando bien los ingredientes para que se integren bien será suficiente
5. Ahora viene un paso importante que es el de ‘leudar’ el pan. Es decir, hay que hacer la levadura cumpla su efecto de aumentar el volumen.
Para ello hay que poner la masa en un bol de cristal (a ser posible); de esa forma podremos ver las burbujas que se están formando y comprobar así que la levadura está haciendo su función. Hay que tapar el bol con un trapo de cocina (no con papel film ya que la levadura es un ser vivo y necesita oxígeno para actuar). En este paso es muy importante dejar el pan reposar en el lugar más caliente de la casa, a una temperatura de unos 25ºC (sobre un radiador en invierno, por ejemplo). En unas 2 – 3 horas, la masa habrá doblado su volumen.
6. Ahora es el momento de darle forma a nuestro pan. No es aconsejable manipularlo mucho ya que, en ese caso, al presionar la masa romperíamos las burbujas que se han formado durante la fermentación. Esas burbujas son las que van a hacer que el pan sea esponjoso y no un mazacote.
Así es que vuelca el pan sobre una plancha de cocina o sobre la encimera, modélalo un poco y hazle un par de cortes o tres a lo largo de ½ cm de profundidad. Utiliza un cuchillo de sierra para los cortes.
7. Calienta la bandeja del horno, o una plancha de piedra, si tienes, durante 30 minutos a 220ºC.
Pon un cuenco de metal o de barro (nunca de cristal) con agua dentro del horno para que haya humedad durante la cocción.
Mete el pan dentro del horno y, si es posible, tápalo durante 30 minutos con un bol metálico. Pasado ese tiempo, déjalo hornear durante 25 minutos más para que termine de cocerse el pan.
8. Sácalo del horno y déjalo reposar durante unos 20 minutos antes de cortarlo para que se pueda enfriar. ¡Debes tener un poquito de paciencia antes de hincarle el diente!
Si te animas a hacerlo puedes colgarlo en Instagram etiquetándome: @analarriuthealthcoach.
¡Me encantará ver el resultado y saber si te ha gustado!
¡Espero que te guste el sabor! El sarraceno es un poco particular y no a todo el mundo le gusta, pero si te gusta entonces te encantará. ¡Disfruta!